¿Eres aficionado al paddel? ¿qué es lo que valoras más de esta actividad? ¿te gusta quedar después del partido y tomarte unas cervezas? ¿cómo te comportas en la pista? ¿cuál es tu actitud con tus compañeros? ¿regañas a tu pareja de juego si no gana el punto? ¿cómo te tomas el hecho de perder el partido? ¿qué pasa cuando ganáis al paddel? ¿crees que eres tú el único campeón, o le concedes cierta participación a tu compañero?
Hace unos días, mientras editaba unos textos en mi despacho, los sonidos de una discusión me hicieron levantar la vista del teclado.
Insultos en voz alta, muy alta, que provenían de una de las urbanizaciones cercanas a donde vivo. Me levanté y miré por la ventana, pues el tono elevado del hombre que insultaba acercaba la escena, de modo que parecía que lo tenía al lado.
Aquel hombre seguía insultando a gritos a uno de sus compañeros de pista. Y siguió así durante aproximadamente diez minutos de reloj. Tal cual.
Pasados los primeros momentos, se oía algún que otro murmullo, posiblemente de sus tres compañeros de pista, intentando que entrara en razón. Porque la bronca fue durante un partido de paddel.
Personalmente prefiero otros deportes antes que los de raqueta o pala, aunque tengo entendido que el paddel destaca por ser una práctica deportiva social, que reporta beneficios tanto a nivel de grupo como personal.
Aunque no ha cambiado mi forma de ver este juego de parejas, el incidente me ha hecho reflexionar a propósito de qué es lo que lleva a alguien a estallar emocionalmente de esa manera.
Así que he preguntado a los aficionados al paddel entre mi gente favorita, lo cual me ha permitido establecer unos perfiles de jugador(a) para este deporte.
Mediante el análisis a través del informe FLOR (Fortalezas, Logros, Oportunidades y Retos) de mi gabinete Diga Coaching, te invito a formar parte del juego de la aproximación a cada uno de los siguientes arquetipos; ¿te resuena alguno? ¿con cuál te identificas?
El profesor. Su fortaleza está en la capacidad didáctica a la hora de explicar estrategias de juego. Entre sus logros destaca conectar con su pareja de juego. Tiene la oportunidad de dedicarse al paddel de manera profesional y entre sus retos le propongo evitar el control de todo lo que ocurra en la pista.
El compañero elegante. Modos y maneras educadas convierten la corrección en su fortaleza principal. Su logro está en que equilibra la balanza e incluso la inclina hacia las buenas formas del juego. Tiene oportunidad a la hora de creer en sus habilidades y el reto pasa por dejar fluir y soltar un poco, evitando las rigideces personales.
El que discute todo. Si se mantiene dentro de los límites aceptables socialmente, la fortaleza de este arquetipo consiste en aportar dinamismo al juego. Logra que el juego cobre nueva vida. Su oportunidad está en ese pensamiento crítico que lo lleva a poner en cuestión casi todo. En cuanto a su reto: aprender a hacerlo de una manera amable.
El que se mete en terreno ajeno. La rapidez en el manejo de la pala es su fortaleza. Logra puntos para él y su compañero. La oportunidad reside en escuchar al resto de jugadores, dentro y fuera del partido. El reto consiste en dejar que su pareja de pista juegue también al paddel.
El que se insulta. Fortaleza es su capacidad crítica. Con ella logra perfeccionar su estilo de juego. Su oportunidad reside en fijarse en cómo se comportan sus compañeros y el reto, en reconocer sus éxitos.
El que se enfada. Echar fuera ira y resentimiento es una fortaleza. Conseguir que le tengan en cuenta (y le tiren la bola), su logro. Tiene la oportunidad de ser consciente de con quién, dónde, cuándo y cómo libera su ira. Su reto está en aprender a modular sus emociones de enfado, resentimiento y culpa.
El que tiene espíritu deportivo. Entre sus fortalezas principales se encuentra que sabe disfrutar del juego. Su logro puede estar en que consigue ganar muchos partidos. Su oportunidad está en que puede tener a cualquier compañero de pista y su reto en respetar que no todos los jugadores de paddel tienen el mismo nivel de compromiso con el deporte.
Jugar es un placer
Durante la infancia vamos aprendiendo habilidades sociales en el entorno familiar, escolar y en grupos de relación como puede ser, por ejemplo, la que establecemos con otros niños en el parque.
Esos aprendizajes, junto con los modelos que integramos de nuestros adultos de referencia, se convierten en nuestros códigos de conducta en la relación que mantenemos con otras personas y con nosotros mismos.
El juego es una gran oportunidad para encauzar nuestros comportamientos, la manera en la que estamos en el mundo. Tal estrategia es válida a cualquier edad, así que si cuando eras pequeño no tuviste oportunidad de aprender tus reglas del juego, aquí te dejo algunas pistas:
Insiste, persiste y no te rindas. Valores de perseverancia y constancia que pueden sonar algo formales, aunque permiten que alcances aquello que deseas.
Entrena la tolerancia a la frustración y la paciencia. En tiempos de inmediatez, rebélate contra las prisas y céntrate en hacer las cosas de la mejor manera de que seas capaz.
Aprende más en los momentos de pérdida. Encuentra cuál es el lado positivo de la situación (que lo tiene) y date cuenta de para qué has perdido el juego.
El esfuerzo necesario para alcanzar tu propósito. Uno de los valores más interesantes para integrar como propios es el esfuerzo que has de aplicar para obtener tu meta.
Mejor en compañía. Solo se llega antes, aunque con otros se llega más lejos. Una de las bondades del juego en grupo es la compartición y la conexión que estableces con otras personas.
Entrena el control de tus pensamientos para modular tus emociones. Así evitarás explosiones de mal genio en la pista.
Echa mano del buen humor. Ríete y disfruta de tu tiempo de ocio acompañado de amigos que comparten tus aficiones.
Si has llegado hasta aquí, aclaro que la dinámica del paddel como práctica social, deportiva y de relaciones puede extrapolarse a cualquier otro deporte de grupo.
Como reflexión, te dejo la siguiente cita de Ralf Waldo Emerson (filósofo y poeta estadounidense precursor del “Nuevo Pensamiento”, en el siglo XIX): “el mejor efecto de las personas exquisitas se siente después de haber estado en su presencia”.
¡Feliz Paddel! ¡Feliz Coaching!
Y recuerda que…
El entorno familiar, escolar y de grupos de relación permiten adquirir diversas habilidades sociales durante la infancia.
El profesor, el compañero elegante, el que se enfada o el que tiene espíritu deportivo ¿cuál es tu arquetipo en el juego?
Una de las bondades del juego en grupo es la compartición y la conexión que estableces con otras personas.
Rebélate contra las prisas y céntrate en hacer las cosas de la mejor manera de que seas capaz.
El mejor efecto de las personas exquisitas se siente después de haber estado en su presencia.
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