top of page
  • Foto del escritorSilvia Resa López

A por tu confianza

¿Confías en ti? ¿Lo que crees te ayuda a seguir hacia adelante o te limita? ¿Tienes ánimo y empuje en tu día a día? ¿Es la determinación uno de tus valores favoritos? ¿Tienes fe en lo que deseas realizar? ¿Cómo puedes entrenar la autoconfianza? Desde el Coaching, te acompaño a descubrirlo




Durante las dos últimas semanas he asistido a un curso para mejorar mis competencias profesionales digitales. 

Aunque tuve que hacer varios ajustes, dado el número de horas que debía dedicar al curso presencial, me organicé y asistí, segura de que la formación me ayudaría a actualizar mi manejo de diversas herramientas.


Sin embargo, pasó algo que, aunque necesario, me cogió por sorpresa: el curso tenía poco de digital y, en cambio, mucho de desarrollo personal. Lo explico.

La formadora era, en realidad, una excelente coach que me ha acompañado en un proceso que, si bien no me había planteado siquiera, lo precisaba. Resulta que la autoconfianza, al igual que cuando te hablo de la autoestima, no es un concepto homogéneo, sino tan sólo equivalente. Es decir, que tú puedes tener confianza a la hora de relacionarte con otras personas y un nivel más bien bajito en otra área.


Este último era mi caso, concretamente como emprendedora; mi autoconfianza en este punto hacía aguas (y yo sin darme ni cuenta).

“Hay veces en las que perdemos fácilmente la confianza”, dice Javier Millán, fundador de Escuela de Inspiración; “pues llega otra persona y te pregunta que quién eres tú para hacer eso, que no tiene ningún sentido eso que planeas hacer o que, simplemente, no va a salir adelante”.



Son comentarios gratuitos que llegan a afectarte hasta el punto, incluso, de desestimar tu idea o proyecto; “al aceptar la creencia de otro, desestimas tu acción o tu sueño”, dice Millán; “por eso es importante que estés atento y vigiles cómo te afectan los comentarios de otras personas, de modo que la opinión de los demás no ha de convertirse en tu realidad”.


Cerebro, corazón y alma deseados 


Esperanza, fe, certidumbre, tranquilidad, seguridad, determinación, decisión, ánimo y empuje. Todo ello, contigo mismo. La autoconfianza te permite conocer en qué punto estás para darte cuenta de hacia dónde deseas ir, ¿cómo obtenerla?

Decía el médico premio Nobel y primer neurocientífico español Santiago Ramón y Cajal “tienes la capacidad de tener el cerebro que quieras”; pues bien, parafraseando y ampliando esta máxima, sumaría también el corazón y el alma.

Así que puedes tener el cerebro, el corazón y el alma que desees, para lo cual te propongo que partas de la autoconfianza. Desde el Coaching, y de la mano de Javier Millán, te propongo algunas de las claves para gestar tu confianza:




  • Hazte preguntas. ¿Quién soy yo? ¿qué es lo que se me da bien hacer? ¿cuál es mi pasión? ¿cuáles son mis valores? Tus respuestas te permitirán anclarte en el punto en el que te encuentras ahora, en el presente. Te ayudarán también a proyectarte hacia el futuro.

  • Cuál es tu objetivo. Sin excusas. Céntrate en aquello que deseas alcanzar y ve a por ello.

  • Empieza por ti. Si te ves, si te crees, los demás también te verán y te creerán. Date valor a quién eres y a lo que haces.

  • Autocuidado. Cada vez que te cuidas, creces más, te valoras y te haces más fuerte. Cuidarte te hace más sabio.

  • Crea tu propia estrategia. Diseña la manera en la que te plantas ante el mundo, formando parte de la película de tu vida. Comprueba cuáles son tus habilidades, de qué herramientas dispones y cómo lo vas a lograr.

  • Red de apoyo. Rodéate de personas que confían y en las que puedas confiar. Busca que te aporten valor mediante el feedback o respuesta valorativa.

  • Busca a tu referente. ¿Qué persona te inspira? ¿es una actriz, un músico, un deportista o alguien que destaca en el área profesional en la que te mueves? Te propongo que analices qué valores y acciones te llevan a admirarlo. Date cuenta de que todo ello está en ti, por eso resuenas.


Mentalidad de león o de gacela


La autoconfianza, por supuesto, se entrena. Forma parte de un proceso a lo largo del que se fortalece la autoestima, obteniendo seguridad y determinación.



  • Programa tu cerebro. Instala creencias que necesites. Por ejemplo, si sientes que una de tus habilidades es la capacidad de organización, la gestión de equipos o la fotografía, apuesta por ello y convéncete de tu valor.

  • Elige esas creencias entre las que te empoderan, las que te hacen vibrar en alta, rechazando aquéllas que te hagan sentir malestar. 

  • Repetición. Bombardea tu cerebro con informaciones y datos positivos, ilusionantes, que te den pistas y herramientas para gestionar tu vida. Tu cerebro estará más cercano al aprendizaje continuo y tu mentalidad será de crecimiento.

  • Frases con las que resuenes. Llena tus paredes y espejos, en tu fondo de pantalla y el móvil con frases que te hagan vibrar en alta frecuencia, que te ayuden a crecer. Por ejemplo: “Soy suficiente”, “Tengo confianza en llevar adelante los retos a los que me voy a enfrentar”. Repítelas cada mañana como entrenamiento cerebral, de forma que estés preparada para cuando lleguen tus oportunidades.

  • Evita que tu objetivo te pase por encima. Ve hacia tu propósito con todas tus fuerzas, aunque no tanto como para que te pase por encima. Por ejemplo, si te diriges hacia tu objetivo sin respetar las horas que precisas de sueño, sin alimentarte adecuadamente o sin “tiempo” para hacer actividad física, terminará por rebotarte, siendo tu cuerpo, tu salud, quien te pare.

  • Elige entre la mentalidad de león o la de gacela. Si te levantas como esta última, tu clave de pensamiento puede ser: “espero que nadie me persiga, me ataque o me coma hoy”. Tu atención se focaliza en el miedo a que llegue un peligro. Tu respuesta es la de esconderte.

La mentalidad del león, en cambio, te ofrece una clave de pensamiento del tipo: “Hoy voy a cazar, voy a ir a por mi objetivo” o también: “Hoy voy a disfrutar del día, voy a ser imparable”.


  • positivo. Sé el principal jugador, el protagonista, de la historia que estás construyendo. Cree en ti y en lo que haces, ¿qué vas a ganar y qué podrías perder?

Si has llegado hasta aquí, te cuento algo más a propósito de mi propio entrenamiento de la autoconfianza.


A lo largo de las dos semanas de proceso me he dado cuenta de mi evolución, pues llegué “queriendo ser una emprendedora de éxito” y he salido como una coach empoderada.

Este último término, que me encanta, se refiere al alto grado de confianza adquirido. Algo que tenía en mi interior, aunque no me había percatado de ello.

En esta evolución todo ha coadyuvado a mi propósito (incluso el juicio de tres de mis compañeras, que revelaba su propio proceso), así que me siento agradecida a todo el equipo de mujeres que me han acompañado a elevar mi autoconfianza de emprendedora.


¡Feliz Autoconfianza! ¡Feliz Coaching!



Y recuerda que…


  • Al aceptar la creencia de otro, desestimas tu acción o tu sueño.

  • Esperanza, fe, certidumbre, tranquilidad y determinación equivalen a la autoconfianza.

  • Cree en ti y en lo que haces, ¿qué vas a ganar y qué podrías perder?

  • Ve hacia tu propósito con todas tus fuerzas, aunque no tanto como para que te pase por encima.

  • Bombardea tu cerebro con informaciones y datos positivos, ilusionantes, que te den pistas y herramientas para gestionar tu vida.

4 visualizaciones0 comentarios

Entradas Recientes

Ver todo
bottom of page