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  • Foto del escritorSilvia Resa López

¿Hace agua tu pareja?

¿Has sentido alguna vez que tu relación de pareja no avanza? ¿percibes que te impide crecer? ¿cuál es el grado de satisfacción que tienes junto a la otra persona? Desde el Coaching te propongo que te fijes en las pequeñas señales que, aunque pasen casi desapercibidas, es posible que ya estén restando, día a día, el nivel de satisfacción de ambos, horadando lentamente la relación. Desde el Coaching te doy las claves para identificar si tu pareja hace agua



Hace unos días, la experta en Feng Shui Gloria Ramos hablaba de la dualidad de energías necesaria en el dormitorio principal, dentro de su curso online “Feng Shui y mentalidad”.

Esta técnica milenaria china (Feng Shui), basada en la armonía de los espacios que habitamos, tiene en cuenta las energías femenina y masculina de cada persona, las cuales han de estar equilibradas. De ahí que la distribución, ordenación y adecuación del dormitorio principal deba respetar dicha dualidad (por ejemplo: dos mesillas iguales, dos lámparas del mismo tamaño o dos cojines iguales), se tenga o no se tenga pareja y se conviva o no con ella.


Traigo el tema a colación porque hoy, desde el Coaching, te hago la siguiente pregunta: ¿cómo va tu relación de pareja?

“En el día a día puede haber señales que pasan desapercibidas, aunque posiblemente sean el indicador de que la relación de pareja no va tan bien como crees”; lo dice la psicóloga Sanitaria Montse Armero (@montsearmero), durante la conferencia virtual “10 señales que indican que tu relación de pareja no funciona adecuadamente”, emitida recientemente en su canal de You Tube.



Falta de apoyo, distancia emocional, valores incompatibles, desigualdades marcadas, fallos en la comunicación o la falta de foco en lo positivo son algunos de los factores que pueden explicar que la pareja no avance, que uno de los miembros no pueda crecer o que ambos no se sientan satisfechos con la dinámica de la relación.


Detectar las 10 diferencias


“Ambos miembros de la pareja han de sentirse satisfechos”, dice Montse Armero; “sin obsesionarse, es preciso detectar esos posibles defectos o ‘red flags’, pues esas banderas rojas nos permitirán ser conscientes de los errores, aprendiendo a llegar a acuerdos satisfactorios”.

¿Cuáles son esas banderas rojas? Armero despliega un decálogo de posibles factores, todos ellos susceptibles de mejora:

  • Falta de apoyo. Uno de los miembros de la pareja puede sentir que, aunque en lo evidente sí cuenta con el apoyo del otro (hospitalización, traslado a otra ciudad, duelo por fallecimiento de alguien querido), no es así en los pequeños detalles.



“Puede ocurrir que tu compañera no valore tus cualidades positivas”, dice Armero; “por ejemplo, si haces una paella deliciosa por la que el resto de comensales te aclama, aunque tu pareja le quita importancia, llegando incluso a criticar algún aspecto de su elaboración o de su gusto”.

Son situaciones en las que, sin producirse un ataque directo, se va restando calidad de vida a la convivencia; “las parejas están para apoyarse, también en lo sutil”, dice la psicóloga, que cita otros ejemplos: “si no te sientes apoyada en quien tú eres, con tu pensamiento político, tu religión y tu forma de ser propios porque no los respeta”; “tienes opción de hablarlo, pues, si se repite a lo largo del tiempo, dañará la relación”.

  • Falta de confianza. Este aspecto se desdobla en dos: de un lado, la creación de confianza, en el sentido de construirla al principio, cuando nace la pareja y especialmente si no existe una amistad previa.


Por otro lado, la desconfianza, que se expresa en acciones del tipo “mira tu móvil, traspasa continuamente tu privacidad o siente celos por motivos diversos”, dice Armero; “si no hay confianza sana, la pareja podría romperse”.

  • Distancia emocional. Produce la sensación de soledad en pareja, “algo muy doloroso que rebaja la calidad de vida a todos los niveles”, dice esta experta; “en ocasiones tiene que ver con la falta de intimidad, es decir, una mirada cómplice, reírse de los mismo, divertirse juntos o conecta mediante el contacto físico, no sólo sexual”.


Asegura Montse Armero que se puede renovar a partir de pequeños detalles, como modificar la mirada hacia el otro, redescubriendo qué aspectos admiras en él o en ella, aunque “creas que lo has olvidado”.

  • Tiempo de calidad juntos. Se trata de entrenarlo mediante acciones tales como apagar la pantalla para hablar, dejar los móviles en otro cuarto o invitar a tu pareja a cenar entre semana; “la calidad se construye mediante estos momentos de presencia”, dice Armero.

  • Visión a largo plazo. Cuando uno de los miembros de la pareja desea que, con el tiempo, la relación se consolide; si tú eres nativo digital, mientras tu pareja es funcionario. O también si tu pareja desea tener hijos y a ti esa idea te espanta. “Las divergencias con respecto a los planes de futuro producen tensión en la convivencia”.

  • Valores incompatibles. “No tienen por qué ser los mismos para los dos, aunque han de ser compatibles, al menos para los temas que ambos consideréis relevantes”, dice Armero.

  • Desigualdades marcadas. Tiene que ver con los roles, con el desempeño de las tareas del hogar y con la crianza de los hijos; “si en su momento no se ha sabido plantear, si no se ha sabido llegar a acuerdos o no ha habido una comunicación adecuada, puede que los diálogos estén cargados de reproches, centrados en el ‘tú eres y haces’, en lugar de expresar cómo te sientes”, dice esta experta; “de esta forma, únicamente lograrás que tu pareja se ponga a la defensiva”.



En este punto, Montse Armero recomienda “aprender a plantear los problemas y alcanzar acuerdos satisfactorios para ambos, ya que es bien sabido que, en una pareja, si uno gana ambos pierden”.

  • Habilidades comunicativas. Cuando se convive con otra persona, las discusiones pueden ser frecuentes; por eso, te propongo que te preguntes si estás siendo asertivo y si tus planteamientos están siendo respetuosos, desde la escucha y la empatía. “La comunicación es una habilidad que puedes entrenar y mejorar cada día”, dice Armero.

  • Resolución de conflictos. A partir de protocolos que puedes aprender centrados en la exposición y planteamiento del problema y de su posible solución. Así evitaréis las discusiones que tanto desgastan la calidad de la convivencia.

  • Dónde ponéis el foco. Se dice que la realidad es el punto medio entre el optimismo y el pesimismo, entre lo positivo y lo negativo. “Podéis cultivar lo positivo, saber apreciarlo y practicar la gratitud; ten en cuenta que el veneno siempre está en la dosis”.


Si has llegado hasta aquí, te invito a “darle un repasito” a tu relación de pareja. Te propongo que escribas cuál es el estado en el que crees que estáis en cada punto, así como que añadas qué es lo que puedes hacer para mejorarlo.

Después, háblalo con la otra persona desde la empatía y con asertividad (ya sabes: respetando los derechos propios y ajenos, sin agresividad ni tampoco pasividad y con altas dosis de paciencia).


¡Feliz Diagnóstico de Pareja! ¡Feliz Coaching!



Y recuerda que…

  • ¿Sientes que tu relación de pareja no avanza?

  • La falta de apoyo, la distancia emocional o los fallos en la comunicación pueden dañar tu relación.

  • Si apagas la tele para hablar con tu pareja estás creando tiempo de calidad juntos.

  • Pon el foco en lo positivo, practica la gratitud y apréciala en compañía.

  • Las parejas están para apoyarse, también en lo sutil.

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