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  • Foto del escritorSilvia Resa López

Gente dichosa

La dicha, la ventura, la suerte o la fortuna, incluso la felicidad, constituyen en sí un mismo objetivo, como es el del bienestar emocional. ¿Qué cosas hace la gente dichosa de manera distinta? ¿Cuáles son sus acciones y cómo las llevan a cabo? ¿Cómo piensan esas personas afortunadas, venturosas y felices? Desde el Coaching, te invito a descubrirlo.




En el vestíbulo de mi casa tengo colocado uno de esos pósteres de madera en los que aparecen las “normas de la casa” que se enuncian de la siguiente manera: enfadarse muy poco, saber perdonar, gritar sólo de alegría, besarse 1000 veces al día, reír a carcajadas, abrazarse muy fuerte, sonreír cada día, llorar sólo de emoción, ser feliz y quererse un montón.


Pese a la aparente frivolidad que pueda atribuirse al cartel en un primer momento, lo cierto es que, analizadas una a una, esas supuestas reglas dan que pensar. Confieso que lo repaso muy a menudo y reflexiono a propósito de cuándo y cuánto hago cada cosa. Todas y cada una son acciones de bienestar, cosas que hace la gente dichosa.


Docena de buenas prácticas


Recientemente, un compañero de profesión ha compartido en redes sociales las “Doce cosas que la gente feliz hace de manera distinta”. Dicho decálogo me ha servido de inspiración para el tema de esta semana sobre la dicha. No en vano, esta semana se celebra el Día Mundial de la Felicidad. ¿Qué y cómo resuelven algunos asuntos las personas dichosas?


  • Expresa Gratitud. Cuando aprecias lo que tienes, lo haces más valioso. El reconocimiento es la herramienta que te propongo emplear en este caso. Reconocer y agradecer.


  • Cultiva el Optimismo. La gente con esta visión positiva ve el mundo lleno de oportunidades, sobre todo en los momentos difíciles. Te propongo que te quedes con la mejor versión de los hechos y de las personas. Cuando creas que alguien desea causarte mal, puedes darle la vuelta a la situación y despojarla de argumentos negativos.

  • Evita Comparaciones. Si te comparas con los demás, te juzgas y, en la misma proporción, emites juicios hacia los otros. Si vas a comparar, hazlo contigo y con respecto a cómo has crecido hasta llegar a ser la persona valiosa que hoy eres.


  • Entrena la Amabilidad. Ayudar a alguien de forma desinteresada es una manera de lograr el bienestar emocional. Te propongo que cada día te hagas un poco más amable, contigo y con los demás.

  • Alimenta tus relaciones sociales. Los más felices del planeta son aquellos que tienen relaciones profundas con amigos y seres queridos. Quiere y déjate querer, es lo que te propongo.

  • Estrategias de Confrontación. Entrena tus propias herramientas para afrontar y confrontar lo que te ocurra. En Coaching suele enunciarse como principio que, en la vida, lo importante no es tanto lo que nos pasa, sino cómo lo vivimos, planteamos y resolvemos.

  • Ejercita el Perdón. Resentimiento, rencor y odio sólo te hacen daño a ti. Te invito a limpiar la energía tóxica que a veces se te (nos) acumula en el alma. La compasión empática puede ser tu herramienta. Te propongo una reflexión, a propósito del aforismo recogido en el juego “Inteligencia del Alma”, de José María Doria. En la carta relativa al perdón, dice: “Si pudiéramos leer la historia secreta de nuestros enemigos, encontraríamos, en la vida de cada uno, las suficientes penas y sufrimientos como para desarmar cualquier hostilidad”

  • Aumenta el Flujo de experiencias. Emplea técnicas de atención plena, de estar aquí y ahora, y permítete fluir, centrándote en la actividad que sea. Sin ir más lejos, si estás leyendo este texto, te propongo que te detengas un minuto y te des cuenta de cuáles son las sensaciones que tienes ahora, en este momento. Te invito a que disfrutes de tu experiencia, por sencilla y breve que sea.


  • Aprovecha la Diversión. De vez en cuando, párate y disfruta de las cosas grandes y pequeñas que te pasan, o que están a tu alrededor. Te propongo que ejercites la sonrisa, recordando algo que la promueva, si es que lo que tienes delante no te motiva. Por supuesto, ríete a carcajadas cada vez que puedas. Para ello, te invito a que eches mano de uno de los sistemas de representación que todos tenemos: la visualización.


Hace unas semanas he descubierto que en un establecimiento de mobiliario y decoración pasan continuamente, en uno de sus espacios, cortometrajes cómicos de Charles Chaplin. Mi enganche emocional con esas películas es grande, hasta el punto de provocarme la carcajada. Confieso que, cada vez que visito ese establecimiento, me voy directa a dicha sección y aprovecho para reír todo lo que puedo. Es liberador y me hace sentir muy dichosa.


  • Logra tus Metas. Diseña tus propósitos, retos, metas u objetivos. ¿Qué deseas hacer? Pregúntate qué te lo impide, cómo lo lograrás y cuándo lo pondrás en marcha. Te propongo que lo compartas con tu gente querida.

  • Entrena la Espiritualidad. Se dice que no somos seres humanos en un mundo espiritual, sino seres espirituales en un mundo humano. Te invito a darle una vuelta, una “pensada” a tal retruécano.

  • Cuida tu Cuerpo. Al igual que tu casa, si cuidas de tu cuerpo, él cuidará de ti. La salud es uno de los poderes con los que contamos para mantener por más tiempo nuestra dicha.


Por cierto, comparto contigo cuáles son las máximas de mi decálogo enmarcado que me procuran mayor bienestar emocional:


  1. Enfadarse muy poco

  2. Reír a carcajadas

  3. Llorar de emoción

  4. Quererse


Son cuatro acciones que practico cada día, cuando me acuerdo, incluso en determinados momentos que lo promueven. Y es que el evitar los enfados, reírme con ganas, llorar cuando conecto con una emoción, quererme y querer son acciones de gente dichosa para gente dichosa. Como tú, como yo.


¡Feliz Dicha! ¡Feliz Coaching!



Y recuerda que…

  • La dicha, la ventura, la suerte o la fortuna, incluso la felicidad, constituyen en sí un mismo objetivo, como es el del bienestar emocional

  • Cuando aprecias lo que tienes, lo conviertes en algo mucho más valioso

  • Si vas a comparar, hazlo contigo y con respecto a cómo has crecido hasta llegar a ser la persona valiosa que hoy eres

  • De vez en cuando, párate y disfruta de las cosas grandes y pequeñas que te pasan, o que están a tu alrededor

  • Acciones como las de evitar enfados, reír con ganas, llorar cuando se conecta con una emoción y querer son propias de gente dichosa para gente dichosa

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