Salud física, mental, emocional y espiritual se interrelacionan para informarnos, a través del cuerpo, de la existencia de un posible desequilibrio. Todos tenemos una responsabilidad con respecto a nuestro bienestar, por lo que, desde el Coaching te formulo la siguiente pregunta: ¿qué parte de tu salud delegas en los demás?
Cuando me formaba como escritora, la lectura de nuestro avance semanal era de rigor; fue durante una de las clases, cuando mi tutora del curso de narrativa interrumpió mi lectura con la siguiente sentencia: “la palabra somatización no tiene ese significado”.
Lo había empleado para describir el efecto de las emociones sobre la salud física de uno de mis personajes. Lo cierto es que, diccionario en mano, el término somatizar se refiere a transformar de manera involuntaria algunos problemas psíquicos en síntomas orgánicos. Creí que podía permitirme la licencia literaria al sustituir la referencia psíquica por la emocional.
La anécdota me viene ahora que comparto contigo un tema relevante, como es el de la mayor o menor consciencia que cada uno tenemos de nuestra propia salud. En esta reflexión, me doy cuenta de que, a veces, depositamos la responsabilidad de nuestra salud física, mental, emocional y hasta la espiritual en el médico, el psicólogo y el asesor holístico. ¿Te ocurre a ti también?
Cómo te cuidas
“Cada vez me cuestiono más a propósito de cómo nos cuidamos, cómo delegamos nuestra salud en el médico, cómo evitamos hacernos responsables día a día, sin contemplar lo emocional, mental, energético y espiritual con nuestro estado físico, siendo ésta la forma en la que vivimos”, dice Cristina Hortal, coach que ha organizado recientemente el congreso virtual “Tú eres tu medicina”.
Para Hortal, “estar en coherencia, en sentido, en propósito, en tu sitio, es uno de los pilares de la sanación”; “lo cual tiene su traducción en el plano personal, pero también en el profesional, es decir, dar lo mejor de una misma, lo cual también nos nutre”.
Se refiere Cristina Hortal a la idoneidad de tomar consciencia de nuestro ser, dando un mayor espacio a nuestra dimensión espiritual.
Ana María Angueira, experta en terapia Kinésica, registros Akáshicos y Metagenética, considera que la enfermedad “es como una negación de nosotros mismos, por lo que cuando llegamos a su raíz comprendemos la causa que nos revela el alma, aunque no sepamos nada de nuestros ancestros”; “al conocer el origen, podemos lograr una remisión espontánea de aquello que nos afecta”.
Angueira nos propone hacernos preguntas tales como ¿para qué quiero estar enferma? o ¿qué consigo sintiendo malestar?; “la respuesta a tales cuestiones implica entrar en un ámbito de autorresponsabilidad que hasta ese momento no hemos vivido, pues nos gusta el rol de víctima”.
Hacernos responsables
Esta experta, que ha participado en el congreso antes citado con la ponencia titulada “Salud a través de la consciencia”, cree que la enfermedad “es una responsabilidad para nosotros y una carga para nuestra conciencia pues, en origen, todos somos seres saludables, por lo que, si me voy deteriorando por el camino, significa que no me estoy atendiendo, que no me estoy mirando, lo que es una falta de responsabilidad hacia mi persona”.
La respuesta llega desde esta toma de consciencia y puede hacerlo a través de algo que nos diga una persona, un libro que caiga en nuestras manos, una película que un buen día veamos en la televisión o incluso una parte de la conversación que escuchemos al cruzarnos con otra persona. “Es la manera de encontrar el camino hacia la causa que está generando ese efecto en nosotros, en forma de enfermedad o malestar”.
“Nadie va a hacer nada que tú no hagas por ti”, dice Angueira; “los demás te darán recursos para vivir ese proceso, aunque la sanación depende exclusivamente de cada uno”.
Dice esta experta que “cuando estamos en la culpa, habitamos el victimismo, mientras que al estar en la responsabilidad nos centramos en el Ser”.
Claves para sanar
Tal y como Angueira la describe, la Metagenética es la ciencia que pertenece a un nuevo nivel de consciencia y que “tira por tierra los principios de la genética tradicional, pues postula que todo es posible a partir de nuestra consciencia”.
Se trata de un concepto desarrollado por la propia Angueira, desde los registros Akhásicos: “si ponemos consciencia en el asunto que sea, podemos resolverlo para nosotros y para quienes nos antecedieron” y pone un ejemplo: “una enfermedad puede resolverse yendo a la raíz del problema, poniendo atención y cambiando la mirada hacia dicha situación”.
Al liberar de juicio y aplicar la compasión hacia lo que ocurrió en la familia, el conflicto se resuelve; “la tendencia se corta, no pasando al nivel generacional siguiente”.
Dice Angueira que las almas que trascendieron “en ocasiones están retenidas por esa carga que llevan desde entonces, la cual no se pudo liberar”, lo que a su vez se tradujo y se traduce en los planos mental, emocional e incluso físico, a partir del desarrollo de diversas enfermedades.
Sin embargo, tal liberación no es tarea sencilla, dado que “esas situaciones recogidas en el ámbito del alma han de resolverse en el mismo plano y con la misma vibración con la que ocurrieron”; “siguen pasando, generación tras generación, hasta que alguien es consciente y las transmuta”.
Es precisamente la Metagenética la que nos indica que “podemos transformar o transmutar todo, incluso la salud, a través de nuestra consciencia”.
Pacto de amor
No obstante, existe el factor de consciencia de la familia, “suelen ser almas más antiguas y evolucionadas, con un nivel de conciencia superior, del cual se irán dando cuenta paso a paso, a lo largo de su vida”, dice Ana María Angueira, refiriéndose al alma que trae la carga y que “adquiere un compromiso y sella ese pacto de amor de forma previa a su encarnación en el cuerpo físico; su misión será la de resolver esa información del grupo familiar al que pertenece”.
Para esta experta, “generación tras generación solemos encarnar en la misma familia, representando en ella los diferentes roles, dado que tenemos un compromiso de alma con ese grupo familiar, por lo que, hasta que el asunto se resuelva, seguiremos encarnando”.
En el plano físico, Ana María Angueira nos propone que “esa información que recibimos al ser conscientes simplemente hay que dejar que se integre, que repose para que, una vez que esto ocurra, dicha consciencia actúe a través nuestro”.
Las señales de que ese proceso se ha dado son variables, yendo desde un llanto que parece espontáneo a una epifanía, pasando por un estado febril; “tan sólo hemos de permitir que tal efecto suceda”, dice Angueira.
Tips para la salud consciente
Desde el Coaching os invito ahora a seguir este decálogo que recoge los aspectos más destacados de la tesis de Ana María Angueira: la salud a través de la consciencia.
La Metagenética nos dice que la información viaja a través de la memoria celular y se asienta en la tercera generación.
La persona que recibe dicha información suele ser el factor de consciencia de la familia.
Puede tratarse de una persona que ha sellado un pacto con el alma de quien porta esa información en origen.
La célula maestra recoge nuestro estado original, es decir, cómo sería nuestro organismo perfecto y sano. “Si le hablo y le permito realizar su función, ella irá reparando”, dice Ana María Angueira.
El elemental del cuerpo tiene la función de que nuestro cuerpo esté saludable a nivel energético; “si me comunico con él y le doy permiso, me sanará”, dice Angueira.
Si estamos abiertos a esa escucha del alma (y si no, la podemos desarrollar), si nos vamos dejando guiar, llegamos adonde debemos ir.
El paradigma mental nos mantiene en el hacer, en el darle vueltas y más vueltas; el espiritual, en el ser. “Hasta ahora hemos vivido atrapados en el hacer y el tener, que nos alejan del alma”, dice Ana María Angueira; “de todo ello nos deshacemos en el momento cercano a la muerte”.
Pasar de esa parte material a darle mayor espacio a lo espiritual, dejando que sea esto último lo que nos guíe. No obstante, ha de quedar una parte material, lo mínimo indispensable, para sostenernos en este plano físico, en el que seguiremos conectando y del que continuaremos disfrutando.
Nuestra alma es eterna, por lo que aporta una sabiduría infinita y lo que se ha ido acumulando y experimentando se recoge en un espacio o registro Akáshico, a modo de gran biblioteca universal, con los libros que corresponden a las almas de todas las personas.
Podemos acceder a esa sabiduría universal, obteniendo las respuestas que nos ayudan a tomar decisiones en nuestro día a día.
Una última píldora de Ana María Angueira, experta en Metagenética, que nos propone lograr la salud a través de la consciencia: “somos seres divinos, con capacidad de restaurarnos a cada momento, si bien estamos tan ocupados con las cosas del día a día, en el tener y el hacer, que nos olvidamos de ello, del ser”.
¡Feliz Salud Consciente! ¡Feliz Coaching!
Y recuerda que…
En ocasiones delegamos nuestra salud en el médico, evitando hacernos responsables de nuestro bienestar físico, mental, energético y espiritual.
Tomando consciencia sabremos la causa que está generando ese efecto en nosotros, en forma de enfermedad o malestar.
Las almas que ya trascendieron a veces están retenidas por la carga que llevan desde entonces, la cual no se pudo liberar.
El paradigma mental nos mantiene en el hacer, en el darle vueltas y más vueltas; el espiritual nos sitúa en el ser.
Generación tras generación solemos encarnar en la misma familia, representando en ella los diferentes roles.
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