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Foto del escritorSilvia Resa López

Entrena tu risa

¿Qué es lo que te hace reír? ¿con qué tipo de temas te diviertes? ¿se te contagia la risa de otras personas? ¿te has parado a notar lo que sientes mientras ríes? ¿sabes que el buen humor tiene muchos efectos saludables? Desde el Coaching te damos algunos tips para troncharse



“Se ha roto”, decía una de las personas sentadas cerca de mí, intentando quizá no contagiarse de la risa que mantenía mi carcajada imparable; yo había entrado en bucle, pero esta vez se trataba de una experiencia fantástica. Y es que el buen humor tiene innumerables efectos beneficiosos, tanto desde el punto de vista físico, como emocional y hasta espiritual.


No importa mucho el motivo, aunque lo aclaro: hablábamos en familia a propósito de las molestias que ocasionan los mosquitos en esta época del año. Como no nos gustan los insecticidas, empleamos mosquiteras e incluso, cuando no queda más remedio, tiramos de chancla.


La mayoría de las veces el lance se resuelve con la victoria del insecto, experto en ocultarse en los lugares más inverosímiles para, en cuanto que puede, salir a cumplir su cometido.

Mientras hablábamos, alguien recordó una de esas batallas protagonizadas por mí; empecé a contarla y, en ese momento, lo visualicé y ya no pude parar de reír, hasta el punto de que nadie entendía nada de lo que decía.


La guerra con el mosquito se inició en el cuarto de baño. Pasó varias veces por mi lado zumbando. Lo localicé y, chancla en mano, me dirigí a terminar el asunto. Sin embargo, no contaba con la habilidad para el esquive del insecto, con requiebros y vuelos en barrena la mar de virtuosos.


Llegado un punto, vi mi imagen en el gran espejo del baño y, al contemplar la expresión de mi rostro y la posición guerrera de mi cuerpo me entró una risa que me hizo palmotear la chancla a diestra y siniestra, lo que le dio al bicho la ocasión de escapar por la rendija de la puerta entreabierta.


No paré de reír durante al menos los diez minutos siguientes, al término de los cuales dije en voz alta: “¡tú ganas!”


Razones para la carcajada


Existen diversas razones para proponerte la risa, la sonrisa y la carcajada. Desde el sitio naturisima.org nos dan algunas de las más sonadas:


  • Produce endorfinas. Reduce el mal humor, la preocupación, la angustia y la tristeza.

  • Atrae a la gente. Envía mensajes positivos a tu entorno.


  • Reduce el estrés, al reducir el cortisol u hormona del estrés y la adrenalina en el organismo.

  • Libera las emociones reprimidas. Una gran risotada puede ayudarte a desahogar tanto como una llantina.

  • Elimina el insomnio, dada la fatiga sana que produce.

  • Limpia las paredes arteriales. Baja la tensión arterial.

  • Favorece la eliminación del colesterol. Mejora la circulación.

  • Refuerza el sistema inmunológico. Ya que incrementa los linfocitos y determinadas inmunoglobinas.

  • Mejora la digestión. También la eliminación de la bilis, ya que moviliza 450 músculos.

  • Contribuye a limpiar los ojos mediante el lagrimeo.

  • Despeja la nariz y los oídos a partir de la vibración que produce en la cabeza.

  • Aumenta la capacidad respiratoria. En lugar de los seis litros de oxígeno habituales, entran doce litros en nuestros pulmones cada vez que reímos.

  • Rejuvenece, por la acción sobre los músculos de la cara. Hay 52 pares de músculos que relacionan nuestro rostro con el resto del cuerpo.


  • Masajea la columna y las cervicales, estirándose de forma natural.

  • Promueve la eliminación de toxinas mediante el sudor.


Cerebro adaptable


“La acción transforma, el conocimiento no”, dice Javier Ibáñez, experto en Desarrollo Personal, durante una presentación reciente para la Fundación Mapfre; “la neuroplasticidad es la capacidad humana de modificar físicamente el cerebro por medio de los pensamientos que elegimos tener”

Ibáñez sostiene que esta cualidad la tenemos todos, independientemente de la edad, si bien es cierto que precisamos entrenarla; “si sostengo un pensamiento determinado, se refuerza cierta estructura cerebral, de manera que ante un estímulo equis se producirá la misma reacción”



Por el contrario, cuando sostenemos otro tipo de pensamientos, activamos una zona cerebral distinta de la anterior, entrenándose en esa nueva habilidad. Para Javier Ibáñez, cuando vamos en modo “piloto automático”, dejando que sea nuestro cerebro el que elija qué hacer, no se producirá entrenamiento alguno en determinadas áreas cerebrales.

Este experto nos propone que ante una situación de conflicto, nos detengamos y observemos cómo nos sentimos, qué deseamos hacer, incluso qué es lo que hay detrás de esa decisión.


Desde el Coaching te invito a que, además de parar el pensamiento automático, incluyas entre tus preferencias una bonita carcajada, pues tal y como dice Mario Alonso Puig, médico cirujano y experto en Potencial Humano, “la postura de nuestro cuerpo comporta unos mensajes que son interpretados por nuestro cerebro, que otorga la postura mental correspondiente”


Es decir, que si llevamos los hombros echados hacia adelante, el cerebro nos corresponderá con pensamientos de desconfianza y baja autoestima.

Hace años, una persona cercana me dio un consejo que he tardado tiempo en entender; había una chica que se reía sin ganas y yo torcí algo el gesto, reprochando su escasa autenticidad.


Nuria me dijo entonces algo que no he olvidado: “es importante sonreír, reírse aunque no tengas ganas”. Es posible que, por intuición, esta mujer supiera que el cuerpo responde con la misma emoción que nos procuramos.


Desde entonces, no pierdo una sola oportunidad de sonreír y de reír, aunque he de confesar que suelo tener un buen motivo, sano y respetuoso, para ello. Así que, como ya me han dicho alguna vez, suelo “romperme” con frecuencia.



¡Feliz Risotada! ¡Feliz Coaching!


Y recuerda que…

  • Tanto la sonrisa, como la risa y la carcajada pueden entrenarse

  • Reír libera endorfinas que nos producen bienestar emocional

  • La postura de nuestro cuerpo promueve nuestra forma de pensamiento

  • Cuando reímos, el lagrimeo contribuye a limpiar nuestros ojos

  • Uno de los beneficios del buen humor es que rejuvenece, al ejercitar los músculos de nuestro rostro

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