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Foto del escritorSilvia Resa López

El reto de ser felices

¿Qué te hace feliz? ¿Crees que la felicidad es un estado global, o que hay sólo momentos felices? ¿Con qué cosas sientes satisfacción? ¿Qué factores te permiten vivir alegre? ¿Cuáles son los ingredientes de tu felicidad? ¿Cómo la definirías?



Hace unos días estaba viendo un programa sobre el grupo musical setentero Abba. El documental recogía la opinión de expertos en música, de personajes cercanos al propio grupo y de sus cuatro integrantes. Fue precisamente uno de sus productores quien dijo algo que me hizo recordar algo importante: la música de este grupo sueco hacía feliz a la gente. Mientras decía tal afirmación, aparecían imágenes de una pista de discoteca donde numerosos jóvenes bailaban al son de “Dancing Queen”, uno de los mayores éxitos de Abba.


La verdad es que no me hizo falta comprobar que tal felicidad se reflejara en los rostros de los chicos y chicas bailando, ya que tuve una especie de epifanía: ¡eso es! ¡así me sentía! Y me sigo sintiendo, al escuchar no sólo esa canción en especial, sino todo el elenco de álbumes del cuarteto sueco.


Pensé también en el significado tan poderoso de tal reconocimiento: hacer felices a los demás, a partir de una habilidad que se tenga; ¿se harían ellos felices a sí mismos también?


Informe de felicidad


Llevo semanas escuchando opiniones diversas a propósito de la felicidad; algunas algo contrariadas, por sentir que se les está imponiendo un modelo de vida en el que “es obligatorio” estar alegres y satisfechos. Sin embargo, no creo que aquellos que proponen la felicidad como reto, sea a corto, medio o largo plazo, lo hagan como exigencia o imposición. Es el caso del Coaching, desde el que se invita o se propone, pero respetando el deseo de cada uno.


Al hilo de esto, te propongo que te hagas la siguiente pregunta: ¿te sientes feliz, sea o no de forma continuada? ¿quieres realmente serlo? Si es que sí, te invito a acompañarnos en la siguiente reflexión. Bienvenido.


Hace unos días, la agencia Ipsos ha publicado su informe anual acerca de la felicidad, Global Happiness 2020, “que este año adquiere aún más relevancia por el impacto de la pandemia del Covid-19 en todo el mundo”, aclaran en su presentación. Las personas encuestadas, pertenecientes a un total de 27 naciones distintas, han tenido que escoger entre una treintena de motivos que llegan a provocarles felicidad.


Según esto, el estudio elabora un ranking de fuentes de satisfacción, tales como la salud y el bienestar, fundamental para la felicidad del 55% de las personas consultadas; la relación con su pareja, vital para el 49% que desea ser feliz; los hijos también tienen este mismo peso; un punto porcentual menos, 48%, corresponde al hecho de saber que su vida tiene un sentido, mientras que las condiciones de vida contribuirían a la felicidad para el 45% de los encuestados.


En el caso de los españoles, pues poco, más o menos, si bien con matices: a la buena salud física y mental le concede el primer puesto el 61% de los encuestados, seguida de la relación con la pareja o cónyuge (53%), el sentido de su vida (51%), tener hijos (49%) y las condiciones de vida, que para el 47% constituye una de las fuentes de la felicidad.

La cual, por cierto, se debe en menor medida a factores como la idea de mudarse a otro país (7%), el tiempo invertido en las redes sociales (9%), el bienestar religioso o espiritual (14%) o el ser reconocido como una persona exitosa, motivo que menos felicidad aporta según el 24% de los participantes. Los resultados globales hablan de éstas y de otras fuentes escasas de felicidad, como la política, contar con posesiones materiales, cada una con el 21%, y el acceso a los deportes y entretenimiento, factor débil en el aporte de satisfacciones para el 23% de los encuestados.


China, Italia, Malasia, Turquía y Argentina son las áreas del planeta en donde se ha detectado un incremento de los marcadores de felicidad, mientras Canadá, Australia, Reino Unido, Alemania, Estados Unidos, India, Sudáfrica, México, Hungría, España, Chile y Perú es donde los expertos detectan un descenso de la satisfacción de sus habitantes.

En el informe se recoge también que, a pesar del impacto de la enfermedad, comparados con el año pasado seguimos siendo, en el ámbito general y mundial, casi igual de felices, con el 63%. A ello contribuyen, estadísticamente, países como China, Rusia, Malasia o Argentina, donde tal índice de satisfacción ha aumentado en cinco puntos porcentuales. Fuera de esa media estamos en España, donde hemos bajado en ocho puntos porcentuales nuestra percepción de felicidad, llegando al 38%.


¿Quieres serlo de verdad?


Te invito a que te preguntes qué es lo que realmente te satisface; qué hechos o sensaciones logran ponerte alegre o con qué personas te sientes contento.

Si quieres ser feliz, desde el Coaching te propongo que reflexiones un momento y te preguntes qué es lo que más te gusta en la vida: estar con tus amigos, con tu pareja, con tus hijos, tu trabajo, la lectura, tu afición a la música clásica, dar paseos por el campo, cuidarte física y/o emocionalmente, compartir, colaborar con quienes lo necesitan… ¿están tus deseos entre ellos o tienes otros?



Al tratarse de un proceso de Coaching, te propongo que te preguntes ¿cuál es tu objetivo: ser feliz? ¿qué es lo que te lo impide? ¿cómo lo vas a lograr? ¿cuándo? El reto de ser feliz puede parecer muy amplio; de ahí que te invito a que lo perfiles y ajustes a tus necesidades emocionales. Por ejemplo, ¿deseas entenderte mejor con tus hijos? ¿es con tu pareja?

Como herramientas, la práctica del mindfulness o atención plena nos lleva a vivir el presente, abstrayéndonos de lo que ocurrió en el pasado y de lo que pensamos que pueda suceder en el futuro. El aquí y ahora se puede practicar en cualquier momento. La risa promueve la alegría y por tanto la felicidad; te invito a que la ensayes, a que busques historias en libros, películas, anuncios y situaciones que activen tu buen humor.



Agradecer y reconocer son también acciones que nos dan alegría. El agradecimiento nos acerca al otro, aunque no estemos físicamente juntos. Te propongo que entrenes tu modo de agradecimiento, que tanto tu voz como tus gestos acompañen el mensaje de gratitud. En cuanto al reconocimiento, supone valorar al otro y/o sus acciones, despejando cualquier fleco de celos o envidia; es, por decirlo de alguna manera, una forma de que salga lo mejor de nosotros mismos.


Y ya que hablamos de agradecer y reconocer, ¿qué te parece si te paras a pensar en todo lo que eres y tienes? ¿qué tal si te reconoces, si pones en valor tus éxitos? ¿cuáles son tus logros? ¿qué es lo que has conseguido últimamente de lo cual te sientes orgulloso? Te invito a que lo escribas, a que concretes por escrito qué es lo que sientes al reconocerte y agradecerte.


¿Te das permiso para ser feliz?


¡Felicidad! ¡Feliz Coaching!



Y recuerda que…

  • En todo el mundo y a pesar de los efectos de la pandemia, el índice global de felicidad se ha mantenido en el 63%

  • Podemos pensar en qué cosas nos dan satisfacción, como estar con los amigos, con la pareja, la lectura, la afición a la música clásica o dar paseos por el campo

  • La risa promueve la alegría, que encontramos en libros, películas, incluso anuncios y situaciones que activen nuestro buen humor

  • La práctica del mindfulness nos permite estar centrados en el presente, favoreciendo nuestra concentración en esos momentos felices

  • Ser feliz no es obligatorio, sino un reto que se puede lograr mediante el entrenamiento en emociones positivas

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