No hace falta esperar a Navidad para darse cuenta de que, a cada momento, ocurren cosas extraordinarias: oyes el canto de un pájaro en el que no te habías fijado antes. Pasan de nuevo ese anuncio favorito con el que conectas. El bebé con el que te cruzas, mientras su madre lo lleva en el carrito, te sonríe de una manera especial. Te llama ese amigo con el que hace tiempo no hablabas. Son detalles, pequeños asombros que, sin embargo, te alegran el corazón, haciendo tu día extraordinario. ¿Me acompañas?
Nada más empezar el otoño, una mañana fresca y soleada, al salir de mi casa para acudir a una reunión de trabajo, me fijo en que el bordillo de la acera ya está arreglado. Llevaba meses levantado, quizá debido a un golpe de alguna máquina de obras.
Levanto la vista y sonrío, mientras me dirijo a mi reunión. Justo después, mientras tomo un café, la camarera se acerca a un señor y le recuerda que un día antes había dejado una cuenta pendiente. Lo hace con amabilidad, casi como si el despiste hubiera sido por parte de ella. Vuelvo a sonreír (el día va, cada vez, mejor).
Me dirijo al banco para hacer una gestión puntual y soy testigo de un trato extraordinario a una señora mayor; aunque va acompañada, en un momento en el que se queda a solas con la agente del banco empieza a perder la confianza y parece sentirse nerviosa. Sin embargo, su interlocutora se dirige a ella con paciencia e incluso ternura, haciendo gala de una empatía a la que se ve que está acostumbrada. De nuevo, sonrío.
Todo ello ha ocurrido en el transcurso de unas horas y para mí son señales. Reconozco que últimamente no dejo de verlas, por todas partes.
“Tú, como todos, recibes mensajes de tus guías espirituales”, dice Ángeles Gómez Belmonte, experta en canalización; “aunque es posible que aún no sepas distinguirlos de los mensajes de tu mente”.
“La canalización consiste en dejar a un lado ese ruido mental, para conectar con tu alma; los maestros espirituales están para ayudarte a conseguirlo”, dice Gómez Belmonte, quien recientemente ha ofrecido la clase magistral “Conecta con tus guías” en su canal de Youtube.
Mariposas blancas, plumas que descienden delante de ti o la repetición de un número o de una cifra son parte de estas señales que, a su vez, pueden ser signos de guía o de apoyo en momentos determinantes de tu vida.
Fíjate muy bien
Dice esta experta que la mente racional suele poner difícil eso de hacerle caso a tus guías y a tu alma: “la cuestión es si sabes percibir esas señales, pedirlas cuando más las necesitas e interpretar los mensajes cuando te llegan”.
Una pista que puede servirte para saber si lo que percibes son señales de tus guías espirituales consiste en que te fijes en lo siguiente: “lo que recibes de ellos siempre te hará sentir bien, te aportará paz y te dará certeza”, dice Gómez Belmonte; “en el caso de que te haga sentir incómodo, es posible que se te haya colado la mente, por así decirlo”.
“Estos seres de luz son quienes te marcan el camino; ellos te indican si lo que pides está o no en tu misión de vida”, dice esta experta; “en este último caso, te dicen cómo lo puedes hacer”.
Una particularidad de nuestros guías es que en ningún momento van a decirnos qué hacer, “si el camino es lo importante, te mostrarán cuál es el mejor, aunque si lo que te hace crecer es, por ejemplo, la toma de una decisión, no se pronunciarán al respecto”.
Y esto es porque, a veces, donde está tu mayor dificultad es justo donde radica tu mejor talento; “al canalizar todo encaja como en un rompecabezas, ayudándote a entender hitos que han ocurrido en tu vida”, dice Gómez Belmonte.
¿Y si no las veo?
“Durante los dos últimos años se ha dado un despertar espiritual masivo”, dice Ángeles Gómez Belmonte, que asegura que la conexión con los guías y maestros ascendidos es un don que todos tenemos; “sin embargo, no todos venimos a este plano a ser espirituales; de hecho, se habla del ego espiritual”.
“Algunos vienen a sentir la experiencia humana, terrenal, para aprender a vivir desde el escepticismo, pues quizá en otra vida ya experimentaron el ser espiritual”.
¿Cómo puedes ser consciente de esas señales, para empezar a abrirte a los mensajes de tus guías? Gómez Belmonte te da algunos tips:
Decide estar atenta. Observa lo que ocurre a tu alrededor.
Ábrete a la experiencia y recibe lo que te llegue.
Sé consciente de las señales (una pluma que cae, una misma canción que suena en lugares diferentes, un perro que se te acerca para que lo acaricies)
Comprueba cómo te hace sentir, pues las señales de tus seres de luz sólo te traerán paz, bienestar y certeza.
Es el momento de preguntar, para decidir entre las opciones posibles que resolverán tu situación, ayudándote a avanzar.
Acepta, dándote cuenta de que todo es para el mejor flujo hacia ti y hacia los demás.
Agradece, ya que es una de las vibraciones más elevadas, que además te ayudará a conectar aún mejor con tus seres de luz.
Si has llegado hasta aquí, te cuento el resultado del último ejercicio de canalización que seguí, acompañada de la propia Ángeles Gómez Belmonte.
Al canalizar, veo a mi madre (que trascendió hace casi nueve meses) en un sillón dorado. Le digo que me siento muy sola sin ella. Veo que comprende y, mientras me sonríe con ternura, me da sus manos.
Casi sin darme cuenta, en el momento de volver siento que, con las puntas de los dedos de mis pies, estoy dibujando en el suelo dos símbolos de infinito, que para mí representa el amor incondicional.
¡Felices Señales de tus Guías! ¡Feliz Coaching!
Y recuerda que…
Tú también recibes señales de tus guías espirituales.
Canalizar consiste en dejar a un lado el ruido mental para conectar con tu alma.
Una pluma que cae, un número que se repite o una mariquita que te encuentres son guiños a tu ser.
Algunas personas vienen a vivir la experiencia terrenal, en vez de espiritual.
El agradecimiento es una de las vibraciones más elevadas para conectar con tus maestros.
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