top of page

Aprender a soltar

Foto del escritor: Silvia Resa LópezSilvia Resa López

¿Sabes para qué haces determinadas cosas? ¿Conoces la motivación que te lleva a decir algo que a lo mejor no te conviene? ¿Para qué te empeñas en dirigirte hacia un punto, cuando tu voz interior te propone no ir? ¿Qué es lo que nos empuja a comportarnos de una forma que nos perjudica internamente? Te invito a aprender a soltar




A veces tenemos conductas que otros nos reprochan, por estar centradas en asuntos que, en principio, no parece que nos atañan a nosotros. ¿Qué hay detrás de tal comportamiento? “Hay ocasiones en las que tengo una necesidad y, al no cubrirla, me provoca ansiedad, que es lo que combato, en lugar de la necesidad” dice José Manuel Sánchez, socio director de Centro de Estudios del Coaching (CEC); “puedo cambiar el hábito de la angustia para trabajar algo nuevo que me permita satisfacer esa necesidad, lo que pone recursos a mi disposición; sin embargo, cualquier hábito por cambiar en realidad tiene en nosotros un beneficio que lo ancla, que procura que no lo modifiquemos”.


Se trata del beneficio oculto para alguno de nuestros egos, como es el caso de una mujer directiva que en el restaurante se enfadaba y chillaba al camarero cada vez que hacía algo que no le gustaba. En sesión de Coaching, al preguntarle el beneficio que tenía para ella, no lo encontraba; en ese momento se le propuso imaginar que fuera otra persona la que lo hiciera y cómo lo vería ella como observadora. Reconoció su conducta, pero aseguró que, si ella no se comportaba así, nadie la vería: “mi auténtica necesidad es que me vean, pero no sé cómo hacerlo”. Su conducta era inconsciente, aunque dado que incomodaba a los demás, sus acciones no le valían en el logro de su objetivo.





“En nuestro interior hay un beneficio oculto para todo lo que hacemos; no basta con anular esa conducta ya que primero hay que renunciar a ese provecho”, dice el director de CEC; “en ocasiones, para terminar con las obligaciones o rebelarse contra la rutina, porque pienso que en mi vida todo es obligación”. Y pone como ejemplo el caso de muchos españoles que pagan el gimnasio, pero no van en todo el año; “en ocasiones decimos no a quien podemos, no a quien queremos, razón por la que no todo se consigue con disciplina”.


Soltar y agradecer


“Somos lo que soltamos”, dice José Manuel Sánchez; “es difícil soltar, porque nos identificamos con ello y tenemos unas necesidades profundas vinculadas a unos hábitos que muchas veces son inconscientes”.


Para Patricia Castaño, socióloga y coach familiar, “consciencia es algo que está un poco tapado y que al quitar capas empezamos a descubrir, tras los patrones de infancia que nos impiden nadar en la dirección, pues nos sale el automático” La autora de “Educando con Consciencia” ha participado recientemente en el congreso virtual “Educar en Calma”, durante el 20 y el 24 de julio. En su ponencia, ha identificado varias perspectivas encaradas a facilitar soltarnos y enseñar a soltar a los más pequeños.





1º. Revisar los patrones aprendidos. Como en el cuento que relata un abuelo a su nieto, existía un lobo de color gris caracterizado por ser violento, agresivo, el que reaccionaba y estaba también un lobo blanco, que actuaba desde el amor y la comprensión. El nieto, que interpretó correctamente la alegoría, le preguntó cuál de los dos lobos saldría en él y el abuelo le dijo que aquél a quien él alimentara.

Ese automático que tiene que ver con nuestra mochila, se nutre de patrones de la infancia; “invito a revisar esa mochila que anima al lobo gris a salir, que nos impele a saltar desde la fiera”, dice Castaño, que nos propone ir revisando el contenido de nuestro “macuto” mediante preguntas como qué recuerdos tengo de mis padres, qué cosas me hicieron falta y no me dieron, cómo fue mi infancia y también qué quiero que contenga la mochila. “A veces saldrán cosas que nos disgusten, aunque al hacerlas conscientes vamos quedándonos limpios, transformando el pelaje del lobo gris en blanco”, dice la reputada coach familiar. “Lo que surja os propongo acogerlo con amor, en vez de esconderlo porque nos hizo daño; hay que evitar rechazarlo, pues todo ayuda a conocernos y saber qué queremos hacer con ello”.




2º. Soltar y agradecer. “Esto hoy no lo necesito, decido quitarlo porque me pesa demasiado; así es como voy soltando, apaciguándome, mientras el automático deja de actuar”, dice Patricia Castaño; “a veces elegimos pareja desde la niñita interior que fuimos, intentando que esa persona nos dé lo que no nos dieron nuestros padres; lo cual hacemos desde la inconsciencia, repitiendo un patrón que tiene que ver con algo heredado”.

“Cuando somos conscientes de que podemos elegir desde otro lugar distinto, el que nosotros queramos, todo fluye mejor”. Patricia Castaño nos habla también del Test de Culpa: “al final todos tenemos una parte que nos hace sentir así por competencia y comparación; de ahí que debamos agradecernos a nosotros mismos por aquello que estamos haciendo bien, diciéndonos bien alto: ‘me siento orgullosa de… ‘, ‘me siento satisfecho por…”


Pero además nos invita a dar las gracias: “agradezco a todas las personas que configuraron mi personalidad, pues lo hicieron lo mejor que supieron y gracias a ellas me he convertido en la persona que soy “.




¡Feliz Consciencia! ¡Feliz Coaching!

Y recuerda que…


- Al soltar, desbloqueamos nuestro pensamiento automático, lo que nos permite actuar a favor de nuestro bienestar emocional

- Nos cuesta soltar porque nos identificamos con unas necesidades que fuerzan hábitos inconscientes

- Como en la leyenda del lobo gris y el lobo blanco, en nosotros saldrá aquél al que alimentemos

- Puede ser positivo revisar nuestra mochila emocional, comprobar lo que hay dentro y sacar a la luz nuestros viejos patrones de la infancia

- Te invito a agradecer a todas y cada una de las personas que contribuyeron a configurar tu personalidad, a ser la persona en la que te has convertido

16 visualizaciones0 comentarios

Entradas recientes

Ver todo

Comments


Suscríbete a la newsletter

©2019 by DigaCoaching. 

bottom of page