“Todo el mundo miente”, dice más de una vez y de forma categórica el personaje del doctor House, en la serie homónima de 2004. Posiblemente no le falte razón, ya que la mentira está instalada en nuestras conductas. Se puede mentir por miedo, por vergüenza, por orgullo o por despiste; sin embargo, según los expertos, nuestro cerebro trabaja mucho más cuando decimos algo que no es verdad. A todo esto, ¿qué hay detrás de la mentira? ¿para qué mentimos?
“Vaya mentira, vaya mentira, vaya mentira…, vaya mentira, mentira, mentira es” cantaba el inolvidable payaso Miliki, a ritmo de Rock and Roll. Esa misma respuesta era la que, tiempo después, canturreábamos cuando alguien nos contaba algo que intuíamos que no era verdad.
Resulta que hasta los más sinceros a veces mienten, aunque sea a nivel inconsciente. ¿Para qué empleamos la mentira? ¿qué hay detrás de ella?
El australiano Allan Pease, experto y autor, entre una veintena de libros de “El lenguaje del cuerpo”, explica por qué es difícil mentir: “el subconsciente actúa de forma automática e independiente de nuestra mentira verbal, por lo que el lenguaje del cuerpo nos delata”; “ésta es la razón por la que la gente que miente poco es la que más a menudo es sorprendida mintiendo, por convincente que parezca”
Dice este experto que, en el momento de la mentira, el subconsciente emite energía nerviosa, que se manifiesta mediante un gesto capaz de contradecir lo que se dice. No obstante, tal y como recoge el refranero, “el oficio hace al maestro”, lo que se traduce en que algunos consiguen llegar a ser mentirosos profesionales, de tanto ejercer como tales y depurando sus técnicas gestuales.
Y es que hay gestos que, analizados en un contexto determinado, pueden indicarnos que el otro nos miente; tal es el caso de taparse la boca, tocarse la nariz, rascarse la nariz suavemente, frotarse el ojo, tocarse la oreja, rascarse el cuello, tirar del cuello de la camisa como si éste hubiera encogido un poco o colocar los dedos en la boca.
Para qué mentir
¿Qué hay detrás de la mentira” ¿Cuál es la motivación que nos lleva a decir un embuste? ¿Para qué soltar una trápala? ¿Qué utilidad intuimos al pronunciar un bulo o una patraña?
Claro está que hay diversas categorías de la mentira, aunque en la base y desde el Coaching, el efecto final es el mismo: engañar, pero ¿a quién? ¿sólo al otro? ¿y a uno mismo?
En este último punto reside, quizá, la exención de total responsabilidad en la conducta mentirosa, ya que quien la pronuncia, en ocasiones, a quien primero engaña es a sí mismo.
Te invito a ver qué hay tras ese bulo, esa falsedad o “fake”; para ello te propongo unas preguntas:
¿Sueles mentir? ¿Cuál es la finalidad?
¿Qué resultados obtienes tras decir un bulo o engaño? ¿Son positivos? ¿Te compensa mentir?
¿Alguna vez te han pillado en un renuncio? ¿Qué has sentido? ¿Cómo has actuado para salir airoso?
¿Qué ocurre cuando es otro quien miente? ¿Qué opinas de esa conducta desde fuera? ¿Cómo te afecta?
Te propongo que cuando vayas a mentir reflexiones un momento y te preguntes ¿qué emoción está detrás de tu propósito?
¿Existe alguna otra estrategia para lograr el objetivo que pretendes que no tenga que ver con el engaño?
Cuando mientes, ¿para quién lo haces: para ti o para ayudar a otra persona?
Desde el Coaching te invito a entrenar la sinceridad, sobre todo si uno de tus valores es la autenticidad. Comprensión y compasión inteligente, contigo y con los demás, pueden ser herramientas valiosas en tu proceso.
AstroCoaching de verdad
Te propongo ahora una especie de juego con los arquetipos astrológicos. ¿Qué es la mentira para cada uno de los doce signos de la Carta Astral? Te invito a conocerlo.
En los doce perfiles básicos de AstroCoaching, sistema creado en Diga Coaching para procesos de acompañamiento, la mentira se expresa e interpreta de muy diversas maneras. En Aries, que representa al niño en astrología, la mentira se entiende como una picardía, un juego, algo inocente. Estaría relacionada con un pequeño bulo que no provoca daños.
El signo de tierra Tauro utilizará la trápala en un sentido más material y con un talento destacado. La dualidad de Géminis lo convierte en el signo capaz de mentir sin casi darse cuenta, aunque terminará por delatarse del mismo modo: sin percatarse del todo.
El acuático e intuitivo Cáncer sabe mentir y suele bordarlo. Detrás suele existir algún temor que prefiere no analizar. Leo es quizá el paradigmático en términos de autoengaño. Este signo de fuego está capacitado para la empatía, lo que le permite conocer bien a los demás. A ello se suma un talante carismático basado sobre todo en una imagen exterior que es preciso mantener, abriendo quizá más de un resquicio a la mentira.
En el signo de tierra Virgo la mentira llega cuando lo hace el miedo. Se trata de una aldaba, casi un escudo, detrás del que protegerse. Libra no parece interesarse en el engaño, aunque si lo necesita, lo utilizará de una manera muy documentada que lo hará pasar desapercibido al observador inexperto.
En Escorpio proferir una patraña llega a ser, cuando lo es, un asunto práctico. Este signo de agua es otro de los intuitivos, con un nivel alto de autoconocimiento. Capaz de remontar tras una caída, por profunda que ésta sea, no le concede a la mentira una importancia excesiva, sino únicamente instrumental.
Para Sagitario lo suyo no es mentir, pues su actitud rápidamente lo delata. Dice alguna que otra mentira, si bien sin intención aviesa alguna. Quizá tan sólo por divertirse. Capricornio es el arquetipo de seriedad, al menos de puertas para adentro. Su apariencia de madurez puede permitirle soltar algún que otro bulo sin ser descubierto.
Acuario, opuesto a Leo y por tanto coincidente en parte con la misma energía, tiene también un compromiso con su imagen, en este caso interna, que proyecta al exterior. Mentirá, tal vez, por ser víctima de su propio engaño. En cuanto a Piscis, de agua y dual, es quizá el mayor artista en el ámbito de la trápala. Los dos peces que simbolizan este signo representan el conocimiento en la superficie, consciente, y en las profundidades, el inconsciente.
Se trata de utilizar la mentira como herramienta, si ello le reporta el estilo de vida que desea en ese momento. No es nada personal.
Aclaro que AstroCoaching utiliza la astrología como una herramienta más de acompañamiento en los procesos de Coaching. En este sentido, los signos no son ni positivos, ni negativos, sino neutros, correspondiéndose con unos perfiles emocionales en los que podemos llegar a vernos representados.
Ser de un determinado signo solar no implica que se posean las características del mismo, pero puede resultar interesante, cuando no divertido, como instrumento para confrontar nuestras emociones. Te invito, pues, a conocer AstroCoaching y el informe FLOR (Fortalezas, Logros, Oportunidades y Retos).
¡Feliz Verdad! ¡Feliz Coaching!
Y recuerda que…
Hasta las personas más sinceras alguna vez mienten, aunque sea a nivel inconsciente
¿Qué hay detrás de la trápala, del engaño? ¿Cuál es la emoción que nos lleva a faltar a la verdad?
Hay ocasiones en las que las que el destino de nuestra mentira somos nosotros mismos, mediante el autoengaño
Cuando es el otro quien nos miente, podemos aprender el efecto que produce en los demás nuestras falsedades
Desde Aries hasta Piscis, los perfiles astrológicos contemplan la mentira de formas muy diversas
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