Algunas expresiones tales como “no me da la vida”, “tendría que hacer tal cosa” o “habría que ir a tal lugar” son habituales en nuestro vocabulario; expresan mucho más de lo que parece a simple vista, pues son como muletillas que empleamos para justificar lo que a veces son hábitos enredados. Desde el Coaching te propongo establecer tus propias costumbres, ordenadas según sean tus prioridades.
Desde hace meses entreno nuevos hábitos relacionados con mi salud emocional; me refiero a la evolución progresiva de la toxicidad que, a veces, emana de la relación con otras personas, reduciéndola al mínimo posible.
La semana pasada, sin ir más lejos, acompañé a una de mis personas favoritas al dentista; para ello, tuvimos que desplazarnos a una localidad en la que he pasado algunos de los años más felices y, al mismo tiempo, algunas de las peores experiencias de mi vida.
Al salir, nos encontramos con una de esas personas a las que hubiera preferido no ver nunca más; de hecho, aunque la vi hice como que no, pues eso es lo que sentía que debía de hacer en ese momento.
Resulta que la tercera persona se dio cuenta y llamó nuestra atención, saludándonos. En ese momento, te soy plenamente sincera, mi comunicación no verbal expresaba un doble deseo, como era, por un lado, sacudirle un puñetazo en toda la nariz (de hecho, imaginé que lo hacía) y, por otro, apartarme lo más posible de ese ser.
En este punto, supe que debía reforzar mi entrenamiento en los hábitos relacionados con mi inteligencia emocional, pues ¿adivinas a quién afectó esa rabia contenida?
Crea tus propias claves
“Existe al menos una docena de microhábitos tendentes a mejorar nuestra calidad de vida, los cuales pueden ser tan flexibles y adaptables como lo requiera nuestro nivel de energía, de salud, lo que deseemos o aquello que nos genere equilibrio”, dice MMar Jiménez, fundadora del Club Hogar Consciente, del programa “Destino la Buena Vida” y autora de “Hogarterapia”.
Te preguntarás que por cuáles hábitos es mejor decidirse, que cómo haces para enunciarlos y describirlos o también si vas a saber cuáles son los más convenientes para ti.
Desde el Coaching te propongo elaborar tu propio listado, inspirándote en algunas de las pautas que nos ofrece la experta MMar Jiménez:
Planificar. “Mañana empieza hoy por la noche”, dice MMar Jiménez, que nos invita a planear qué es lo prioritario para nosotros, dentro de las actividades que tengamos para el día siguiente; “se trata de volcar la cabeza en un papel, pues ya lo dice el refrán: más vale lápiz corto que memoria larga”.
En este sentido, te propongo que escribas en tu Diario Coaching las que esta experta considera como claves de una agenda feliz: hacer auditoría de tu tiempo, priorizar, planificar o ejecutar, delegar, posponer y renunciar.
Autocuidado. Te invito a que retomes aquellas rutinas de higiene que te aporten un bienestar físico y emocional. Si eres de beber un vaso de agua caliente cada mañana, de las que usan un raspador de lengua como complemento a su higiene bucal al levantarse y acostarse, de los que se cepillan el cabello cien veces, como de las que se duchan antes de entrar en la cama, todo es válido. Aprende nuevos microhábitos que incrementen tu bienestar.
Descanso. Al dormir nuestro cerebro, nuestro cuerpo entero, se regenera; sin embargo, “cuidamos más de nuestros móviles, cuya batería recargamos continuamente, que de nosotros mismos”, dice MMar Jiménez.
Esta experta cita ciertas rutinas tales como la de hacer détox digital (dejar las pantallas digitales al menos una hora antes del sueño), tomar una infusión de valeriana o pasiflora, dormir entre sábanas de tejidos naturales (algodón o lino), adelantar el momento de la cena, colocar un difusor en el dormitorio al menos una hora antes del descanso y pedirle a nuestra pareja que nos haga un masaje en los pies con aceites esenciales.
Respiraciones. “La respiración es una forma de nutrición a través de los pulmones, que son los órganos encargados de recoger aquellos elementos que sean útiles para nuestras funciones”, dice MMar Jiménez, quien ha llamado ‘respiración mágica’ a la práctica que consiste en hacer 12 inspiraciones, la mitad por cada orificio nasal, empleando cuatro segundos para inhalar, dieciséis segundos durante los que hemos de retener el aire y a continuación exhalar, a través del orificio contrario a aquel por el que hayamos inspirado, durante ocho segundos.
Elevar la vibración. Esta experta nos anima a saltar, en un pequeño trampolín, durante varios minutos cada día; “estimula la circulación sanguínea, aumenta la capacidad cardíaca y respiratoria, mejora el tono muscular, ejercita la flexibilidad y eleva la vibración energética”. Desde el Coaching te propongo que escojas cuál es la actividad física que te hace vibrar (¿bailar zumba? ¿monopatín? ¿es la comba? O ¿quizá el TRX?
Recrea tu pasión. Evita las excusas y piensa en qué es lo que te apasiona. Evita los juicios e imagínate llevando a cabo esa acción (pintar un cuadro, interpretar a Mozart, encaje de bolillos, montar maquetas o puzles, escribir tu propio libro o bailar el tango) Pueden ayudarte las cuestiones básicas del Coaching: ¿qué es lo que deseo hacer? ¿qué cosas me lo impiden? ¿cómo lo voy a lograr? y ¿cuándo?
Mejora tus relaciones. Te propongo que estreches relaciones con tus personas favoritas; para ello lo mejor es dedicar tiempo y dedicación. Recuerda que tenemos dos orejas y una boca, es decir, escucha el doble de lo que hables.
Aprende a no hacer nada. Es uno de mis hábitos favoritos, ya que promueve la reflexión y enriquece las conversaciones que tengo conmigo misma; en realidad, lo que hago es entrenar mi soledad, la que me empodera.
Imagina tus hábitos. Hay muchos hábitos que puedes poner en práctica, e ilimitado el número de los que puedes crear tú mismo. Aquí van algunos: “la lectura durante 45 minutos diarios nos lleva al récord de 52 libros anuales”, dice MMar Jiménez, quien subraya el alto nivel de especialización que se puede obtener en la materia que escojamos a través de los libros.
Seguir nuestro propio ritmo, estableciendo la velocidad deseada en nuestra vida, es el principio básico de la llamada “slow life”; “contar con nuestro rincón sagrado, ese espacio en el que nos dedicamos a lo que más nos gusta, es otro microhábito relevante”, dice MMar Jiménez.
“Hay que tener en cuenta, tanto al planificar como al poner en marcha nuevos hábitos, que todos los días habrá imprevistos que, de alguna manera, pueden romper la continuidad de nuestra agenda”, dice MMar Jiménez, quien recomienda flexibilidad y serenidad, además de constancia, la cual es clave “para obtener resultados a largo plazo”.
Para quienes habéis llegado hasta aquí, os cuento un poco más acerca de mi aventura con la ira. A pesar de que imaginara que agredía físicamente a esa persona, debido a cuestiones pasadas en las que intervino, perjudicándome gravemente, mi entrenamiento en las emociones me llevó enseguida a ver la situación desde fuera (no obstante, te propongo la herramienta del humor, que utilicé al imaginarme dándole un puñetazo como en los cómics y que, francamente, me hizo ver la escasa utilidad de la violencia).
A punto estuve de expresar esa rabia roja e incandescente que brincaba en mi estómago; sin embargo, me hice las siguientes preguntas: ¿qué estás aprendiendo de esta experiencia?, ¿qué es lo que te aporta este encuentro?, ¿qué es lo que sabes ahora, que antes desconocías?
Ha sido así como he comprendido que, aunque creía haber superado lo que sentía con respecto a ese familiar, todavía he de solucionarlo, sobre todo porque esa ira me ha recordado que soy un ser que merece respeto, comprensión y amor.
Gracias a mi hábito de entrenar las emociones, sé que he de perdonarme el daño que, a veces, me hago a través de los demás. Con toda la humildad y el amor incondicional de los que sea capaz. Y empezando, claro está, por mí misma.
¡Felices Hábitos Saludables! ¡Feliz Coaching!
Y recuerda que…
Mañana empieza hoy, ¿qué es para ti lo prioritario?
Podemos entrenar el hábito de estrechar lazos con las personas cercanas.
Las actividades de relajación, como las deportivas, nos permiten conectar con nosotros mismos.
Leer cada día durante 45 minutos supone más de medio centenar de libros al año, un hábito que refuerza nuestra sabiduría.
¿Qué te parece la costumbre de reunirte con tus amigos de forma periódica?
Comments