Vivir situaciones tóxicas o transitar por una relación que envenena tu ánimo es algo que ocurre de forma más habitual de lo que piensas. Hay veces en las que puede que establezcas un vínculo con otra persona que te lastima, e incluso que ello se convierta en uno de tus patrones de comportamiento. Desde el Coaching te propongo que observes el aprendizaje que se desprende de esa situación, para entender para qué se ha producido y cómo te va a ayudar en tu propósito de vida.
Hace tiempo que he comprendido algo muy valioso para mí, como es escuchar a mi intuición y emplear el discernimiento para decidir con qué personas me quedo a entablar unas relaciones saludables y con qué otras no, al menos de momento.
Me ocurre que, en ocasiones, no se trata de la persona en sí misma, sino tan sólo de algunas de sus conductas que para mí son tóxicas, pues me dañan.
En este último caso lo importante es poner límites, aunque, si soy sincera, es algo en lo que aún me entreno.
“Antes de tratar de poner límites a los demás debes hacerlo, en primer lugar, contigo”, dice María Mikhailova, coach creadora del taller “Aprende a poner límites”; “basta con recordar una de las leyes universales, que dice que tal y como es dentro, así es afuera”.
Sin prisa, pero sin pausa
“¿Qué puedo hacer para no sentirme tan agotada cuando pongo límites?”, le pregunta una de sus alumnas a la coach Mikhailova; “me afecta incluso en la eficiencia de mi día a día, a la hora de realizar mis tareas de forma más eficaz, a mí estado de ánimo, incluso a las ganas de cuidar mi forma de vestir, mi imagen personal o mi alimentación, debido a la escasa energía que tengo para comprar y cocinar”.
“El hecho de cansarte es normal, pues se trata de hacer algo a lo que no estás acostumbrada”, responde Mikhailova; “es similar a cuando empiezas a ir al gimnasio, después de mucho tiempo sin acudir: al principio, cualquier ejercicio, por pequeño que sea, te cansa mucho, siendo ahí donde algunos abandonan”.
“A las personas a las que nos cuesta poner límites a los demás ello nos supone una mayor carga energética conseguirlo”, dice la coach; “ya que, de forma natural, evitamos enfrentarnos a ello, pues nos desagrada vivir el conflicto”, dice Mikhailova; “algo muy propio de eneatipos 9, como yo”.
Añade Mikhailova que al no ver resultados concretos a la primera “te frustra y te hace pensar que tal vez esa estrategia no funciona”.
¿Qué puedes hacer entonces? “pues para no agotarte emocionalmente, haz algo tan sencillo como reducir la carga”; “los demás te harán de espejo, te mostrarán desde fuera aquello que evitas por dentro, lo que te hará ver con otros ojos la misma realidad que hasta ahora te pasaba desapercibida o que incluso evitabas enfrentar”.
Para esta experta, tan importante como el hecho de poner límites es tener una estrategia clara para ello, por lo que propone que “en lugar de establecerlos en todas las situaciones posibles, escojas aquélla que te cueste menos”; “una vez que hayas conseguido que el otro respete tus límites en este único contexto, es el momento de que lleves tu energía a otro ámbito y con otra persona distinta”.
“Lo importante es aprender a hacerlo de manera regular, perder el miedo paso a paso y coger confianza para poner límites, de manera que vaya saliendo de modo natural”, dice María Mikhailova.
No hace falta que te quedes
“Las relaciones tóxicas son muy corrientes, abundan”, dice Carolina Capmany (logosastral.com), experta en Astrología; “sin embargo, evita castigarte por estar en un ambiente o relación tóxica, pues lo importante es que seas consciente de que estás en ese punto, para que así puedas solucionarlo”.
Dice Capmany que un trato tóxico se define como “un vínculo en el que la otra persona te lastima; hay un bucle que se repite y que lo que te da te lleva a involucionar, en lugar de evolucionar”; “es decir, en vez de ayudarte, te entorpece, alimentando tu inseguridad”.
¿Cómo distingues cuándo una relación es sana? “es la que estableces con alguien que incrementa tu conciencia, que te hace brillar, que te permite llegar más lejos”, responde la creadora de la escuela Logos Astral, que añade que una relación tóxica “se muestra en tu carta natal, la cual expresa cómo percibes y de qué están impregnadas tus energías”.
En este sentido, la posición de la luna en la carta astral “representa lo que demandas de modo inconsciente, tiene que ver con tu seguridad emocional”:
“La astrología como camino es lo que te muestra, que tus vínculos son para transformarte”, dice Capmany; “para llegar a una relación sana, lo primero es reconocer que estás viviendo un trato tóxico, preguntándote desde la humildad qué has de hacer para lograr un vínculo de bienestar con otras personas”.
Esta experta considera relevante identificar dónde se encuentra ese grado de toxicidad a través de la carta natal; “puede ser que lo recibas o que lo generes; en cualquier caso, te sirve para descubrirlo y posteriormente decidir si dejas o no la relación”.
Un aspecto curioso es el efecto espejo que se da en este tipo de relaciones adversas, tal y como explica Capmany: “ten en cuenta que si atraes a alguien con características tóxicas es porque te va a mostrar algo de ti misma”:
Es por esto que “un vínculo tóxico puede ser una sanación, ya que te permite trabajar con la energía que sea”, dice Capmany; “por ejemplo, si atraes a gente agresiva, puedes preguntarte dónde está esa agresividad en ti; es decir, esa toxicidad te vale como detector de lo que tú puedes sanar”.
“Lo fundamental es lo que tú quieras, el punto donde pongas los límites, transitando hacia una relación sana en la que, con respeto, acepto que la otra persona tenga su forma de ser y actuar”, dice Carolina Capmany.
En el fondo hay una base muy clara, como es que para conocer tus energías es preciso que te relaciones; “naces de una conexión entre dos seres por lo que, desde el inicio, hay un vínculo primario, representado por tus padres”.
Tips para identificar dónde estás
Si te encuentras en una relación tóxica, sea de amistad, pareja o familiar, te propongo que observes los siguientes tips para saber en qué punto te encuentras:
Sé comprensivo. Piensa que lo que muestra la otra persona es una proyección que te dice algo de ti mismo.
Sé objetivo. Evita tomártelo por lo personal.
Sé asertiva. Comunica de forma tranquila, con serenidad, tus sentimientos a la otra persona; hazle saber dónde te hace daño.
Sé eficaz. Si no hay resultado, simplemente vete, no hace falta que te quedes.
Sé observadora. Observa qué aspectos de su respuesta o su conducta te molestan más y qué emociones te producen.
Sé reflexivo. Date cuenta de qué es lo que extraes del comportamiento del otro y a qué aprendizaje te lleva.
Sé positiva. Recuerda que cada situación, cada hecho que te llega se convierte en un mensaje para ti.
Si has llegado hasta aquí, te cuento algo más sobre mi experiencia con las relaciones tóxicas y los límites que estoy poniendo, para evitar repetir esos patrones dañinos para mí.
Me he dado cuenta de que todo lo que me viene ocurriendo, incluso lo que parece que se repite (“Algunas cosas que ocurren por primera vez, parecen estar pasando otra vez, aunque quién sabe dónde o cuándo”, dice una de las canciones interpretadas por Frank Sinatra) trae una enseñanza personalizada para mi propio proceso de crecimiento espiritual.
Así es como he aprendido (y sigo aprendiendo) que el primer valor es el mío, como persona y como ser. Por ello, cuando alguien se dirige a mí e intenta establecer un vínculo que me daña o que me resulta tóxico, me paro, observo y decido qué parte conservo (o no) para establecer (o no) una relación, con el propósito de que sea sana. Lo demás está de más.
¡Felices Relaciones Saludables y con Límites! ¡Feliz Coaching!
Y recuerda que…
Evita castigarte por estar en una relación o situación tóxica.
Comunica de forma tranquila tus sentimientos a la otra persona; hazle saber dónde te hace daño la relación.
Si atraes a alguien con características tóxicas es porque te está mostrando algo de ti misma.
Antes de tratar de poner límites a los demás debes hacerlo, en primer lugar, contigo.
Para conocer tus energías es clave que te relaciones.
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